16 Mar Deriba y Chelimo, récords a pares en Barcelona
2:04:13 y 2:19:33 para un maratón de Barcelona de récord
El etíope Tesfaye Deriba y la keniata Sharon Chelimo impusieron su ley en la 46ª edición de la Zurich Marató de Barcelona, encuadrada en el calendario de World Athletics dentro de la categoría ‘Elite’; el tiempo atmosférico en la Ciudad Condal, una temperatura de 10ºC y apenas viento decidió contribuir a la consecución de objetivos, consiguiéndose ‘el doblete’, esto es, sendos récords de la prueba en categoría masculina y femenina. David Escudé, concejal de deportes del Ayuntamiento de Barcelona, organizador del evento, fue el encargado de dar el pistoletazo de salida, con nada menos que 27.000 corredores entre todas las oleadas, ése fue el primer récord de la jornada.
Magistralmente conducidos por un triplete de liebres de máxima garantía, los keniatas Vinicent Nyamongo, Bernard Kibet y William Komen, el grupo de cabeza empezó a devorar asfalto a la cadencia prevista, 2:57/km, de tal suerte que los primeros parciales fueron 14:44 (5K) y 29:28 (10K); no eran los reputados especialistas africanos quienes transitaban más cerca de las liebres, sino el impetuoso francés Nicolas Navarro, un atleta de 2:05:53 que se ubicó 16º en los Juegos Olímpicos de París, mientras el keniata Enock Onchari encabezaba un amplio grupo de más de 10 unidades con la única y sorprendente baja de uno de los favoritos, Samwel Mailu, que se descolgó desde un principio y viajaba ya con más de 30s de retraso al paso por el 10K.
La tónica continuó invariable en los siguientes compases, con un ritmo sostenido de 2:57 tan exacto que cabe pensar que las liebres tenían antecedentes suizos, tal era su precisión; el cronómetro marcaba 44:19 al paso por el 15K y Navarro empezaba a dar muestras de flaqueza colocándose en la parte trasera del todavía amplio paquete de cabeza; el ecuador se cruzó en el tiempo previsto, 1:02:15, que, pura matemática, hacía concebir sólidas esperanzas de que el récord establecido el año pasado, 2:05:01 tenía apenas una hora de vida, como finalmente sucedió; en todo caso, lo mejor y más esperanzador residía en el hecho de que seguían siendo una decena de atletas los que viajaban inmediatamente detrás de los ‘pacemakers’ lo que, en buena lógica, prácticamente garantizaba que alguno de ellos, si no varios, fueran capaces de mantener ese brioso ritmo y arribar a meta por debajo de la cota de las 2:05.
Ya para entonces se dejó ver en cabeza el posterior vencedor, Deriba, cuyos 59:56 en media conseguidos en Ras Al Khaimah hace seis semanas le validaban como uno de los principales candidatos a la gloria hoy, llamando poderosamente la atención su impecable técnica de carrera, su correr erguido y su impulsión, más propia de un atleta de distancias inferiores, no en vano se clasificó 7º en los 3.000m obstáculos del Mundial de Londres 2017 siendo un adolescente; si bien Komen abandonó la prueba, Nyamongo y Kibet seguían a la velocidad pactada – 1:13:47 por el 25K -; lógicamente, el paso de los kilómetros iba haciendo mella, marcando el kilómetro 30 (1:28:30) un claro punto de inflexión; ya solo con Nyamongo tirando, el tren de cabeza se redujo a cuatro hombres, Deriba, Onchari, Cornelius Kibet y Victor Kipchirchir, mientras el mejor marquista, Mekuant comenzaba a zozobrar.
Cuando el reloj marcaba 1:43 eran ya solo dos los candidatos a la victoria, Deriba y Kibet, pero el duelo apenas duraría unos cientos de metros pues un imperial Deriba aceleró para marcar sendos parciales de 14:33 y 14:34, 29:07 del 30 al 40, promediando 2:54.7 en ese intervalo para decidir la carrera a su favor; en meta, el etíope de 26 años marcó 2:04:13, cuarta mejor marca mundial del año y una ostensible mejora de más de tres minutos y medio sobre su anterior tope, cubriendo la segunda mitad por debajo de 1:02, 17 segundos más rápida que la primera.; por detrás, Kibet (2:04:54) y Onchari (2:05:20) completaron un potente pódium estableciendo sendas marcas personales; Hamid Ben Daoud ejecutó un extraordinario maratón, con un gran sentido del ritmo finalizando 9º con 2:06:49 (1:03:28/1:03:21) para proclamarse brillante campeón de España y poner pie y medio en el Mundial de Tokio del próximo septiembre.
Chelimo gana corriendo en negativo
La carrera femenina fue lanzada por Isaiah Ndungu Guichohi, viajando a su vera un triunvirato compuesto por las keniatas Vicoty Chepnego y Selly Chepyego más la etíope Yebrgual Melese; un ritmo uniforme de 3:19/km arrojaba sucesivos parciales de 33:14 (10K) y 49:49 (15K); muy pocos metros por detrás de ellas transitaba otro trío formado por la leyenda Linet Masai, la debutante Viola Chepngeno y la, a la postre triunfadora, Sharon Chelimo, las tres bajo la égida de Nixon Kiprotich; al paso de la media, apenas seis segundos, 30 metros, separaban a ambos tercetos (1:09:54/1:10:00), manteniéndose intactas y en todo lo alto las posibilidades de batir el récord de la prueba de 2:19:44.
A la altura del, cada vez menos frecuente, muro del kilómetro 30, Vicoty Chepngeno, Melese y Chepyego continuaban en posición preeminente con 1:39:31 y seguían promediando 3:19, mientras Chelimo perdía no menos de 18 segundos, casi 100m, estando acompañada de Masai y Viola Chepngeno empezaba a perder comba; poco después fue Vicoty la que sorpresivamente descendió sobremanera su ritmo, perdiendo toda posibilidad de pódium, quedándose en cabeza la emergente Chelimo, que ya era líder en el 35K, con Masai y Melese a su espalda; poco después, siempre con Kiprotich marcando el paso, Chelimo se desembarazó con inusitada facilidad de sus compañeras de fuga gracias a un raudo parcial de 16:03 (3:12) del 35 al 40K que decidió la victoria a su favor; en meta, la keniata de 30 años abrazó la primera posición con 2:19:33, nuevo récord de la prueba por 11 segundos, mejorando asimismo su prestación personal por dos minutos y medio; al igual que el vencedor masculino Deriba, Chelimo firmó una segunda parte más rápida que la primera (1:10:00/1:09:33) demostrando el acierto que es correr ligeramente en negativo la distancia de Filípides. Melese terminó segunda con 2:20:47 y Linet Masai propinó un gran bocado a su marca personal finalizando tercera en 2:21:01 a sus 35 años; Mekdes Woldu había anunciado un ataque serio al récord de Francia y cumplió su amenaza al cronometrar 2:23:13 y mejorar en 25 segundos la plusmarca nacional que Manon Trapp había conseguido apenas 21 días antes en Sevilla; en esta ocasión, el maratón resultó cruel con las Chepngeno: la debutante Viola marcó 2:26:05 después de sufrir mucho en los últimos kilómetros, mientras la más experimentada Vicoty simplemente explotó en el tramo final para acabar en un testimonial para ella 2:40:52 pero, ¿no reside también ahí la grandeza de la maratón?
Artículo escrito por Emeterio Valiente
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